La primavera es la época en la que florecen la mayoría de las plantas, incluidos los árboles frutales. El olor a azahar tan característico de los naranjos empieza a aromatizar el ambiente, acompañándonos en nuestro devenir estacional mientras disfrutamos del buen tiempo. Aquellos que se deleitan con esta sensación en el acogedor espacio de su jardín podrán beneficiarse de las ventajas que supone tener un naranjo. Pero para que este árbol florezca bien y dé buenos frutos es obligatorio cuidarlo como se merece. Como ejemplar de clima mediterráneo que es, el naranjo no soporta las altas temperaturas invernales, ya que estas, y los agentes meteorológicos asociados a esta estación, afectan de manera importante a la floración y la posterior producción de frutos. Y lo mismo sucede con el calor, que también incide negativamente en el frutal. Por ello lo mejor es evitar que esté expuesto a temperaturas extremas. […]