Llega el frío. Llega la estación invernal y, con ella las frutas de temporada que durante el resto de año tanto llegamos a echar de menos, como es el caso de la naranja (familia de los cítricos). De origen asiático, la naranja fue un cultivo introducido y extendido por los árabes. Fruta a la que tantas aplicaciones culinarias hemos conseguido introducir y de las que hablaremos más adelante. Entre los beneficios de la naranja se encuentra el alto contenido en vitamina C; calcio, magnesio y fósforo como aporte mineral, aroma y su sabor ácido, si bien gracias a su contenido en azúcares simples, no destaca tanto su acidez como sucede con el pomelo, consiguen el equilibrio idóneo —dependiendo del estado de su madurez— para haberla convertido pronto en una de las frutas más valoradas en todo el mundo y gracias a su comercio, una de las más consumidas durante el invierno.
Pero no solo podemos disfrutar de su sabor exclusivo, entre beneficios de la naranja también debemos destacar sus propiedades nutricionales, puesto que con tan solo 100 gramos de su consumo suministra a nuestro organismo hasta el 90% de las necesidades diarias que debemos consumir de vitamina C, pues el aporte de esta vitamina es esencial para nuestra salud. Son numerosas las formas en las que nuestro organismo se beneficia de la vitamina C actuando, por citar algunos ejemplos como: antioxidante, ralentiza el envejecimiento, prepara a nuestro organismo para la absorción de otras vitaminas, ayuda a evitar enfermedades degenerativas así como cardíacas, ayuda a la formación de colágeno, previene las dolencias de las articulaciones y un largo etcétera en el que nuestro bienestar nutricional es el primer beneficiado. Su zumo, también ideal para su consumo aporta igualmente grandes beneficios a nuestra salud; antiséptico y altamente nutritivo, refuerza las defensas naturales y es excelente para reducir los niveles de colesterol y ácido úrico.
Como vemos, los beneficios de la naranja son innumerables, poco más se puede decir de los efectos beneficiosos que esta fruta nos aporta pero, ¿qué hay de sus aplicaciones en la cocina? ¿De cuántos modos se puede consumir?
Como bien decíamos al principio del artículo, su uso en la cocina es muy variado y se consume en zumos, es utilizado como base de otras bebidas y es un gran acompañante de platos de carne, como por ejemplo puede ser el lomo de cerdo a la naranja, solomillo con salsa de naranja y soja, pollo a la naranja o el famoso pato a la naranja del que todos hemos oído hablar alguna vez. No obstante si eres más de pescado, no hay de lo que preocuparse, las opciones asimismo son igual de variadas: lenguado a la naranja,bacalao a la crema de naranja, trucha con salsa de naranja o mero a la naranja por citar tan solo unos ejemplos.
Si lo tuyo es la repostería, también el postre es un momento ideal para disfrutar de su sabor: el flan de naranja, tiramisú de naranja o el mouse de naranja son —entre muchas combinaciones— una pequeña muestra de su uso en la repostería. Los helados a base de naranja son también muy sabrosos, especialmente los que combinan mermelada o salsa de naranja con chocolate.
Sea como fuere, bien por su aporte nutricional, bien por su agradable sabor, llega al fin la temporada de una de las frutas más apreciadas por todos.
¿Y tú? ¿Vas a comer naranjas este invierno?