Como ya hemos comentado en otros artículos anteriores, el níspero es un frutal que se introdujo en nuestro país en el siglo XVIII desde Francia, adonde había llegado procedente de China para adornar los Jardines Nacionales de la capital gala.
En el siglo XIX el níspero paso de ser un árbol decorativo a cultivarse para su consumo. Desde mediados del siglo XX la zona de Callosa d´en Sarriá capitanea la producción del níspero, liderando el mercado internacional.
Origen del níspero japonés
El níspero japonés, llamado así porque hasta hace algunos años se pensaba que su origen era este archipiélago oriental, cuenta con 55 variedades diferentes en función de la fecha de maduración y floración, y diversas características del fruto, como la acidez o el peso. Un documento elaborado por la Generalitat Valenciana presenta una descripción pormenorizada de cada una de ellas.
Variedades del níspero
Basándonos en ese trabajo, en el presente artículo vamos a dar a conocer algunas de las variedades más conocidas y/o comercializadas.
Una de ellas es Moggi, variedad poco productiva con frutos de pequeño tamaño y difíciles de pelar que suelen verse afectados por la mancha púrpura, manchas violetas con tonalidades marrones que afectan a la piel, alterando la calidad de los mismos. Esta alteración también la sufren otras tipologías, como la variedad Borde.
Una variedad andaluza muy productiva es la Magdal, aunque la alta acidez y el mal sabor de su fruto no le otorgan una buena calidad.
Típica del municipio valenciano de Torres Torres, la tipología Temprano Torres Torres produce unos frutos con buen peso y sabor. Y lo mismo sucede con la tipología itálica Italiano-1 que se está cultivando en nuestro país, con frutos muy sabrosos.
Saval-1 y Saval -2 son otras conocidas variedades que presentan un buen sabor, así como un gran tamaño, a la par que se pelan fácilmente. En general, las variedades Saval (Saval Moreno y Saval Temprano) suelen presentar un sabor muy satisfactorio, menos en el caso del Saval Nerviado, que es bastante insulso.
La variedad característica de la zona de Callosa d´en Sarriá es la Algerie, sumamente productiva y con un fruto exquisito. Parece ser que esta variedad procedería de una semilla germinada en Argelia.
En esta zona también se cultiva la variedad Cardona, aunque en un volumen muy inferior con respecto a la anterior. A pesar de que presenta un sabor digno, suelen ser sensibles al moteado, manchas oscuras que afectan a la piel y hojas del fruto, y que sufren otras tipologías como la Vertichiara.
Excelente son los frutos de la tipología M. Aixara. Si se siente predilección por las frutas excesivamente dulces, vale la pena esperar a la variedad Dulce Pera, procedente del municipio valenciano de Bétera, y cuya maduración tardía determina esa peculiaridad. También tardía es la variedad japonesa Tanaka, cultivada tradicionalmente en las comarcas interiores del norte de Valencia y Castellón, cuyos frutos tienen un sabor muy agradable.
La tipología Buenet es otra variedad autóctona, con un fruto de buena calidad, sabroso y fácil de pelar. Y lo mismo sucede con la variedad Crisanto Amadeo, aunque su producción puede resultar insuficiente con vistas a su comercialización.
Otras variedades como Peluches, Ullera, Orlanza o Marc producen frutos de buen tamaño y un sabor satisfactorio, aunque suelen ser susceptibles al rajado, lo que merma la calidad de los mismos.
Por lo que si deseas comprar nísperos online o en la frutería ya sabes las variedades que hay en el mercado.